Construir una vida con alguien significa compartir recuerdos, amor y también… bienes. El divorcio, no importa cuán amistoso sea, siempre incluye la separación de sus bienes, es decir, todos los bienes que ustedes adquirieron durante el matrimonio (bienes inmuebles, acciones, bonos, ahorros personales, etc.).
Aunque no tengan mucho que compartir o hayan podido acordar qué va a quién, siempre es una buena idea contratar a profesionales para elaborar un acuerdo de conciliación. Ellos podrán hacer un inventario de todo lo que ustedes, como pareja casada, adquirieron durante el matrimonio y listarlo todo en el acuerdo para que no se omita ningún detalle.